miércoles, 19 de junio de 2013

Como elegir un buen disco

No es fácil tarea para nadie encontrar un buen disco, a menudo nos dejamos llevar por la fama propagada por los medios de comunicación o por las opiniones de gente poco docta musicalmente hablando. Expondremos algunos pasos que ayudarán bastante en esta árdua tarea.








1-Buenos músicos: Es muy importante que los músicos estén bien preparados técnicamente para interpretar y componer música. Mucho mejor si además son experimentados. De todos modos esto no garantiza siempre un buen disco: no debe olvidarse que el mundo musical es un negocio en el que prima lo comercial sobre la calidad, además la inspiración compositora es variable. Existe el falso mito de que el intérprete que toca rápido es el mejor, nada más lejos de la realidad, todo lo más es hábil. Hay que fijar más la atención en cómo y qué se toca que en la velocidad con que se interpreta.









Wikipedia es una buena fuente de información para investigar o descubrir buenos músicos. Normalmente se relacionan entre ellos, así que a base de enlaces conocerás excelentes bandas de las que jamás habías oído hablar. Algunos nombres que pueden servir para encontrar cosas curiosas son: Donald Fagen, Robert Fripp, Chick Corea, Frank Zappa, David Torn, Chad Wackerman, Allan Holdsworth, Guthrie Govan, Marco Minnemann, Vinnie Colauta, etc.







En mi opinión la calidad de la música jamás ha llegado a una cota tan alta como en los años 70, desde aquí bajó irremediablemente hasta nuestros días. Lo achaco a la llegada de la tecnología, que por un lado facilitó bastante el trabajo de músicos y productores, pero por otro redujo la capacidad creativa de los mismos. Algo parecido puede comprobarse con las nuevas generaciones criadas con móviles y ordenadores. Lo que se conoce por "rock progresivo" es la evolución natural del rock de los 60 hacia nuevos y ricos horizontes musicales que cuajaron en la decada siguiente.








2-Calidad de grabación: Por muy buena que sea la música ofrecida quedará en agua de borrajas si no está grabada adecuadamente, ya sea por una mala producción o a excesiva antiguedad. Es tan triste como real. Huelga decir que siempre es mejor conseguir una versión remasterizada de los discos más añejos (normalmente desde 1995 hacia atrás), aunque no siempre es posible. El álbum "Relayer" de la banda británica Yes es un lamentable ejemplo de buena música jodida por una pobre producción.








3-Riqueza instrumental: Un grupo de música lo componen varios intérpretes (habitualmente cuatro o cinco), para que haya riqueza musical todos los instrumentos deben dar lo mejor de sí evitando caer en la monotonía. Una buena compenetración y el saber alternar (a veces silenciar) un instrumento con otros aporta variedad y colorido. Básicamente la música es una tarea de conjunto, sin embargo algunos virtuosos tienden a concentrarse excesivamente en su instrumento eclipsando al resto del grupo y convirtiéndolos en meros seguidores de sus solos. Es el caso actual de grandes guitarristas como Yngwie Malmsteen, Steve Vai o Joe Satriani.





En el jazz clásico (años 50) el papel del baterista era bastante limitado dada la perversión de las etiquetas mediáticas sobre lo que era el "verdadero" jazz. Cuando le preguntaron al gran trompetista Miles Davies el motivo por el cual no volvía a sus viejos trabajos de los años 50 respondió:



"So What" or "Kind of Blue", they were done in that era, the right hour, the right day, and it happened. It's over [...] What I used to play with Bill Evans, all those different modes, and substitute chords, we had the energy then and we liked it. But I have no feel for it anymore, it's more like warmed-over turkey. Nah, it hurts my lip.





4-La prueba del algodón: Una vez que se cumplan los tres puntos anteriores llega el momento de la audición. Con independencia del género musical favorito un buen disco es aquel que se escucha regularmente durante un largo periodo de tiempo, es lo que conocemos con el nombre de álbumes clásicos. Son muy escasos, uno solo de ellos equivalen a 100 mediocres, así que merece la pena el esfuerzo de buscarlos. El programa Soulseek es de lo mejorcito que he encontrado para descargar todo tipo de música, conjuntándolo adecuadamente con Wikipedia será una herramienta imprescindible para descartar lo malo y elegir lo bueno.









Algunos discos clásicos que recomiendo:



Camel-Nude

King Crimson-Lizard

The Yellowjackets-Lifecycle

The Dixie Dregs-Free fall

Pink Floyd-Wish you were here

Pat Metheny group-The way up

Bozzio/Levin/Stevens-Black light syndrome

Bozzio/Karn/Torn-Polytown

Miles Davies-Bitches brew

Brand X-Manifest destiny

Steely Dan-Aja



martes, 18 de junio de 2013

Clases de mentes

Por desgracia llamamos coloquialmente "estúpido" a cualquiera que carezca de capacidad intelectual, sin embargo pocas veces nos paramos a pensar qué es la inteligencia o el significado verdadero de los insultos asociados a la mente del prójimo. En este aspecto existen miles de vocablos en lengua castellana, siendo en la gran parte de los casos sinónimos de otros ya existentes. Nuestra sociedad mercantilista ha hecho un uso torticero de las palabras en pos de asociar productividad con inteligencia e improductividad con idiotez. Clasificaré objetivamente en cuatro grandes grupos el comportamiento de la mente humana.








¿Se puede ser sabio y obtuso al mismo tiempo? ¿Necio e inteligente? ¿Insensato y agudo? La respuesta a todas es afirmativa. ¿Inteligente y mentecato? ¿Sabio y necio? ¿Obtuso y agudo? Hablando de modo genérico la respuesta es no. Si afinamos más alguien podría ser sabio en algo concreto y necio en otra materia, sin embargo la inteligencia y la agudeza van con la persona y cambian poco con el tiempo. Espero que la presente entrada sea útil para romper algunos tópicos aceptados neciamente (nunca mejor dicho) por la comunidad rolera.






1-Inteligente/Insensato: Formada por la preposición latina inter "entre, dentro de" y la raíz leg- (recoger, colectar y derivados que significan "hablar"). Del latín lego "recoger" "escoger" "leer". Propiamente hablando el inteligente es aquel capaz de elegir acertadamente cuando se encuentra ante la encrucijada de opciones que es la vida. Dicho de otro modo el inteligente es sensato y prudente. Por el contrario el mentecato o el insensato carecen de sentido común y por ello tienden a errar a la hora de elegir lo que es apropiado. Sin ninguna duda la insensatez es un grave defecto de la mente que no tiene cura. Ciertas enfermedades mentales o daños cerebrales pueden provocar una demencia en el afectado, son los llamados dementes.  






2-Sabio/Necio: Del latín sapere "ser entendido", propiamente "tener gusto, ejercer el sentido del gusto". Saber es conocer, tener experiencia o ser erudito. En cambio, el necio es el que desconoce más de la cuenta. Dentro de los ignorantes o necios existen muchas variedades, así el idiota es aquel que vive en su comunidad con poco contacto exterior, de ahí su ignorancia. El cateto es la versión rural del idiota. Afortunadamente la necedad tiene remedio si el individuo es lo suficientemente afortunado o inteligente como para aprender cosas nuevas o salir de su micromundo. Con los años se gana experiencia y sabiduría, el grado de la ganancia dependerá de la inteligencia del individuo.







3-Agudo/Obtuso: El agudo o listo posee una mente rápida y por ello su cuerpo reacciona con presteza y maña. Aquellos con mente más lenta de la cuenta se denominan obtusos o estultos, al ser tardos de pensamiento sus acciones físicas tienden a ser torpes y desmañadas. La vejez trae consigo pérdida de agudeza por motivos obvios. La estulticia tiene poco que ver con la calidad de la inteligencia y mucho con la velocidad de la misma.








4-Cuerdo/Desequilibrado: A menudo las emociones afectan los pensamientos, y por ende la mente. No en balde en la antiguedad daban por hecho que se pensaba con el corazón. Cuerdo viene del latín cor, cordis (corazón, ánimo) y se refiere a la persona de emociones mesuradas que poco o nada afectan al raciocinio. Los traumas emocionales, simbolizados por el corazón, pueden afectar al comportamiento de forma temporal o permanente: depresiones, malas experiencias, violaciones, torturas, etc. Éste es el caso de los desequilibrados.





martes, 4 de junio de 2013

Tópicos sobre los enanos

A ciencia cierta ignoro a qué se debe el carácter gruñón de los enanos en los juegos de rol. Quizá al famoso Gruñón (Grumpy) de Blancanieves y los siete enanitos o tal vez a la fama de cascarrabias que han tenido tradicionalmente los bajitos (incluídos los perros). En cualquier caso Tolkien aplicó el tópico a sus novelas y de ahí llegó a los juegos de rol.






Por mi experiencia el enano es un tipo de personaje que no deja indiferente a nadie: o los amas o los odias. Creo que el comportamiento social del pueblo enano y sus relaciones con otras razas se ven fuertemente influenciadas por su agrio carácter, es esto algo que debe tener en cuenta cualquiera que prepare aventuras o participe en ellas.








El perfil sicológico del enano típico es el del cascarrabias con corazón bondadoso. Debido a ello tienen grandes dificultades para encontrar amigos, pues nadie aguanta el mal carácter por mucho tiempo. Así que nuestro enano estará siempre deseoso de compañía ajena para llenar la soledad que se construye refunfuñando cada día. Ello no quita que haya enanos de carácter más dulce, la excepción confirma la regla. Si bien éstos últimos deben ser los patitos feos de su raza.






Otros estereotipos relacionados con los enanos son su amor por la minería, llevar siempre barbas, materialismo, amor a las mujeres de razas más altas y ser currantes natos; peculiaridades que le dan carácter a la raza. Todo ello procede claramente del cuento de Blancanieves. No debe extrañarnos que un juego de fantasía se vea influenciado por cuentos.







Llevar un personaje enano es tarea difícil para aquellos jugadores de carácter opuesto, doy fe de ello. Por otro lado los jugadores gruñones encuentran una facilidad natural para llevarlos adecuadamente, de hecho se funden con su personaje como si fueran un solo ser.







Algunos nombres que podrían aplicarse bien a personajes enanos son los siguientes: Hakator, Jobfag, Swot, Throndbal, Vorkan, Werand, Arontalfor, Karontharanis, Barganzeer, Rugin, Rolfo. El primer juego de rol que llegó a España fue el D&D básico (1985), el cual incluía al enano guerrero Rugin como uno de los seis personajes disponibles para jugar. Abajo lo vemos en compañía de un mediano y una elfa, nuestro amigo parece suspirar de amor por la dama del mismo modo que Gruñón con Blancanieves o Gimli con Galadriel.





lunes, 3 de junio de 2013

Milites y soldados

Desde la más remota antiguedad hasta bien entrada la Edad Media el término latino miles, -itis (milite) fue empleado de modo mayoritario para denominar a aquellos que se dedicaban de algún modo a la disciplina castrense. La palabra fue sustituída paulatinamente por la hoy conocida "soldado". ¿Cuál fue la causa? ¿Qué era originalmente un milite? ¿Sigue siendo actualmente lo mismo? Primeramente apuntar que el origen de esta palabra es dudoso, algunos etimólogos ven un origen etrusco con el significado de "aquel que marcha en una tropa" conectado con el sánscrito melah "asamblea" y el griego homelos "asamblea masiva, multitud". Nos parece que esta teoría tiene alto grado de verosimilitud, especialmente cuando se compara con las formaciones tácticas de otros pueblos en los que el concepto de masa y muchedumbre afloran en las etimologías. Abajo batalla entre etruscos y celtas.




De nuevo San Isidoro irá guiando nuestros pasos en la investigación. Sobre los milites comenta:

El milite se llama así porque antes en cada cuerpo de ejército había mil guerreros, o quizá porque entre cada mil se elegía uno. El primero que reclutó milites entre el pueblo y les aplicó este nombre fue Rómulo. Por su parte Líber fue el primero que enseñó la graduación militar.




Es tentador y aparentemente asumible que que haya relación con la raíz gheslo-, base hipotética para palabras que significan "mil", sin embargo esto se da de bofetadas con lo que afirma algunos párrafos después:  

Milicia es término derivado de "militibus"; o tal vez de multitud, como si dijéramos "multituia", algo así como empresa de muchos; o tal vez de mole de cosas, como si se dijera "moletia".




Ambas palabras, milicia y milite, pertenecen a la misma raíz sin género de dudas. Isidoro lanza al aire dos posibles orígenes etimológicos siendo el último el más plausible. Si bien es cierto que el número mil ha sido desde siempre una unidad táctica para muchos pueblos no lo es menos que los romanos no empleaban el término en este sentido sino más bien con un valor genérico, a modo de masa de gente. Desde la Edad Media se llamaban en España "milicias provinciales" a los vecinos que se alistaban para salir a campaña en defensa de su provincia o bien a los que ejercían funciones policiales en pueblos y ciudades. El empleo de este tipo de milicias ha sido extraordinariamente frecuente en las guerras coloniales de todas partes del globo.




Otros pueblos tenían la muchedumbre como base táctica. El mismo Isidoro indica que la falange es propia de los macedonios; la caterva de los galos; la legión, en cambio, es nuestra. Caterva es una multitud de personas o cosas consideradas en grupo, pero sin concierto, o de poco valor e importancia; mientras que los latinos conocían como catervarios a los gladiadores romanos que luchaban formados en grupos o compañías.




Por otro lado tenemos "tropa", raíz treb- (morada, vivienda), del fráncico throp "muchedumbre", que parece ser regresivo de tropeau, francés antiguo tropel "rebaño" (s.XII). Derivado es "tropel" que en la antigua milicia era uno de los trozos o partes en que se dividía el ejército. Hasta comienzos del s.XVII no comienza a emplearse en el sentido militar. El DRAE 1739 indica sobre la tropa:

La gente militar o de guerra, infantes o de caballo, a distinción de los paisanos. Se toma particularmente por trozo de gente de guerra a caballo. Vale también junta de mucha gente unida y acuadrillada entre sí para algún fin. Tropilla: La tropa de corto número de gente.




En cuanto a soldado tomó primeramente (segunda mitad s.XV) el sentido de "guerrero mercenario", para después el de "hombre de guerra en general", procedente del italiano "soldato" que era aquel que batallaba por un sueldo o soldada. Era el sueldo moneda frecuentísima en el medievo, parece ser que su valor económico coincidía exactamente con el sueldo de un soldado. Comprobamos que el mercenariado llegó a ser tan habitual en el ámbito militar que cambió en muchos aspectos la forma de guerrear e incluso las palabras. Dicho de otro modo el soldado es el guerrero que pelea exclusivamente por dinero, algo que hoy nos parece muy común pero antaño no lo era tanto. Se conocía como "soldadesca" al ejercicio y profesión del soldado aunque también al conjunto de ellos.




En el lenguaje moderno "militar" como sustantivo es sinónimo de milite, sin embargo "militar" (militaris) ha sido siempre adjetivo, y sólamente desde el s.XVIII se emplea también como nombre. Es pues más apropiado, aunque poco usado, milite. La milicia y la tropa nos remontan a los orígenes de la táctica miliar, cuando los hombres primitivos peleaban en grandes grupos sin orden ni concierto. El número o calidad de los hombres que los componían fue variando con el transcurrir de la historia.




martes, 28 de mayo de 2013

Estrategos

Estrategia tiene como raíz ag- (conducir), ster-2 (extenderse). En castellano procede del griego, unido significa "conducir, guiar" y "multitud, ejército". La palabra aparece por primera vez en castellano en el s.XIX, así tenemos en el DRAE 1822: La ciencia propia de un general del ejército. El significado actual que da el DRAE es: Arte de dirigir las operaciones militares. La palabra "estratega" (aceptada por el DRAE en 1927) se tomó del francés strategue, que en vano ha sido rectificada por su forma correcta "estratego" (desde 1925).

Sin embargo en español el derivado más antiguo de la raíz es "estratagema", término ya empleado desde al menos finales del s.XVI. El DRAE 1732 le da el siguiente significado: Ardid de guerra, engaño hecho al enemigo con astucia y destreza. Vamos, las maniobras brillantes que en las batallas emplean los generales para "llevarse al huerto" al enemigo.




En la antigua Grecia llamaban strategos (estratego) al general, aunque el término se utilizó también para designar al gobernador militar de una región conquistada. Sin duda el más famoso estratego de la antiguedad fue Alejandro Magno.




La palabra se siguió empleando en Grecia durante muchos siglos, no en balde el famoso manual militar titulado strategikon, atribuido al emperador bizantino Mauricio I (s.VI d.C), fue referencia para los strategos medievales. El manual permaneció vigente en la guerra, sin cambios significativos, hasta el s.XI. Contiene una lista de infracciones militares y de las sentencias apropiadas. El strategikon también aporta mucha información sobre las armas y armaduras del periodo así como las más adecuadas para cada tipo de tropa. Para comprobar que disciplinas debía dominar todo buen estratego muestro a continuación el título de los capítulos del tratado:

Libro I – Introducción (para aquellos dedicados a la estrategia).
Libro II – Formaciones de batalla de la caballería.
Libro IV – Emboscadas.
Libro V – Trenes de bagaje.
Libro VI – Distintas tácticas y ardides.
Libro VII – Estrategia. Puntos que el estratego debe considerar.
Libro VIII – Instrucciones generales y castigos.
Libro IX – Ataques por sorpresa.
Libro X – Asedios.
Libro XI – Tácticas y características de diversos pueblos (francos, lombardos, ávaros, turcos y eslavos).
Libro XII – Formaciones mixtas, infantería, campamentos y caza.





La versión latina del estratego fue el duque. Raíz deuk- (conducir, llevar). Del latín duco "llevar, conducir". El francés antiguo duc y el latín dux significan propiamente "estratego". En el Bajo Imperio romano se aplicó a dignatarios de las provincias que ocupaban un alto cargo cívico-militar, caso similar a los gobernadores militares (estrategos) de la Grecia clásica.






Comenta San Isidoro (s.VII) sobre los duques: Al duque se le da este nombre porque es quien conduce el ejército. Sin embargo no todos los duques o príncipes pueden recibir también el título de rey: cuando se trata de la guerra es preferible de la denominación de duque a la de rey, porque con el primer nombre se está designando al que conduce en medio de la batalla. Por eso Virgilio habla de Evandro como duque y no como rey; Y Salustio escribe: "Por ello cada uno se esforzaba en mostrarse valeroso en presencia del duque". No dice en presencia del cónsul.






A principos del s.V, el duque ostentaba el mando militar de las tropas romanas de guarnición en una provincia. En la tradición germánica, representaba también un jefe militar elegido. A partir del s.VII, los duques ejercieron además del mando militar, poderes cívicos y jurídicos. Carlomagno procuró disminuir el poder de los duques, pero hacia finales del imperio carolingio, éstos tendieron a arrogarse la soberanía hereditaria de los países cuya administración les había sido confiada.





En la Edad Media, con el establecimiento de la autoridad real, el título ducal era otorgado por el rey. En España el dux o duque visigodo sustituyó desde fines del s.VI al gobernador que estaba al frente de las provincias romanas, acumulando los poderes militares, judiciales, etc. Pero las peculiares circunstancias de la invasión musulmana y de la Reconquista hicieron desaparecer los ducados de la Península en la Edad Media, y el título fue concedido muy raramente hasta el s.XV, reservándose en general para los miembros de la familia real.




jueves, 4 de abril de 2013

Juegos de ordenador buenos

Por desgracia es muy difícil encontrar un juego de ordenador medianamente decente. El consumidor común encuentra muchos obstáculos en este sentido, siendo la mentira el peor de ellos. Las compañías pretenden vendernos sus juegos como el "no va más" del entretenimiento. Es de cajón que cualquier empresa vive de sus productos y hará cualquier cosa para vender lo máximo con el mínimo coste posible. Sabiendo esto, es obligación del comprador no dejarse dar gato por liebre, de lo contrario invertiremos mucho dinero en juegos con temprana fecha de caducidad. En otras palabras, se tirará el dinero a la basura. Si deseas comprar un buen juego y que te dure mucho tiempo tómate el tiempo que haga falta investigando y/o preguntando. ¡Ojo a quien preguntas! Los fan boys (fanáticos de los videojuegos) y los spin doctors (tíos pagados por las compañías) abundan en los foros y defenderán a capa y espada las "perfecciones" de su juego, silenciando lo negativo. Además deberías tener en cuenta lo siguiente:


1-Inteligencia artificial (IA): La IA es la manera de pensar que tiene el contricante que dirige el ordenador, si es buena alargará enormente (si no permanentemente) la vida útil del juego. Existen contadísimos juegos con buena AI, y se debe principalmente a que a las compañías no les interesa (dado que evita el consumismo del personal) y por otro lado programar adecuadamente una IA es tarea cara que requiere largo tiempo. La mayor parte de las compañías animan a sus clientes a apostar por partidas multijugador si la IA del juego es débil. Otro truco común es "trampear" ( en inglés "cheated AI") la IA dándole más recursos o bonos para ofrecer una falsa sensación de rival duro. En este caso el ordenador ataca en plan marabunta, mucha gente con nula estrategia. Ojo, porque el mercado está repleto de IA trampeadas que se venden como "excelente" IA.





2-Gráficos decentes: Lo primero que entra por los ojos son los gráficos, no cabe duda que todos deseamos los mejores gráficos posibles, si bien hay que tener cuidado porque suele ser una trampa para engancharnos y comprar el producto. Buena parte de los juegos con gráficos espectaculares adolecen de otros males menos aparentes pero súmamente graves. En el término medio está la virtud.





3-Juego vigente: Es muy importante que el juego en cuestión no esté dejado de la mano de Dios. Lo idóneo es que se publiquen regularmente actualizaciones y que haya detrás una comunidad de jugadores lo suficientemente importante para que el juego no quede obsoleto. Si el juego sigue vigente tras largo tiempo denota que es entretenido.






Doy fe de que hay varios clásicos que merecen muy mucho la pena.



Heroes of Might and Magic V+Tribes of the east: Es un "wargame" de fantasía medieval en el que una serie de bandos se enfrentan entre sí. Más detalles aquí. Se requiere el juego original+la dicha expansión y un mod que mejora bastante la IA (puede descargarse desde aquí). Hay una comunidad detrás del mod que publica regularmente escenarios aquí 





Command Ops: Battles from the Bulge: "Wargame" ambientado en el frente occidental europeo durante el invierno de 1944. Es muy original dado el sistema de tiempo real pausable con fichas y el importante rol que juegan la geografía y la visibilidad. Contiene 27 escenarios históricos y un completo editor de mapas. La IA es muy poderosa. Advierto que no es rápido de aprender. Aunque el manual está en inglés es muy completo. Más información aquí   




Advanced Tactics Gold: ATG es un juego de guerra basado en la segunda guerra mundial. Tiene puntos positivos y negativos. Sus bondades se encuentran en el completísimo generador de mapas aleatorios que incluye (el mejor que nunca he visto), pues permite crear partidas rápidas a la carta con unos pocos clicks. Al ser cada mapa creado diferente, nunca te cansarás de jugar por muchas horas que le dediques. Por ello las partidas multijugador al azar atraen a buena parte de los seguidores de ATG. Existe un mod de recursos (por Lancer) bastante recomendable que le añade realismo.





La parte más débil del juego se halla en su pobre IA, la cual es prácticamente nula en escenarios marinos. Está claramente trampeada y no es capaz de usar cartas. Si solo te gusta jugar en solitario olvida por completo este juego. A pesar de este importante defecto considero ATG una maravilla si adoras jugar por email o en hotseat con otras personas. 





Combat Mission Front Italy: Juego ambientado en la Italia de la segunda guerra mundial. Entre los puntos positivos se encuentran sus espectaculares gráficos, un nuevo motor con una mejorada IA y un sistema de turnos simultaneos (WEGO) que añade gran realismo e incertidumbre a las partidas. CM ha dejado una larga serie -desde hace más de 10 años- de juegos ambientados en diferentes frentes europeos de la guerra e incluso en otras épocas y lugares más recientes: Afganistan años 80, guerra del siglo XXI, etc. Es de rabiosa actualidad, asimismo existe una comunidad importante que publica regularmente mods y escenarios.





Se echa en falta un generador aleatorio de mapas para las batallas rápidas, algo que poseía el CMX1 y que ha sido sustituído por una larga lista de mapas predefinidos. En cualquier caso son muchos más sus bondades que defectos. Más detalles aquí.







Frozen Synapse: Interesante simulador de combate con turnos simultáneos. Consiste en dos pequeños grupos de soldados que se enfrentan dentro de un laberinto de habitaciones y corredores. Los mapas pueden hacerse al azar o por medio de el editor que incluye.






En 2011 FS fue galardonado por la comunidad por tener la mejor IA de un juego independiente. Puede jugarse con niebla de guerra, o lo que es lo mismo, los contendientes solo serán visibles cuando entren en la línea de visión de algún soldado. Como punto negativo tenemos unos gráficos manifiestamente mejorables, aún así este defecto no oscurece en absoluto las notables virtudes poseídas.

Hay una gran comunidad que suele jugar en Steam todo tipo de torneos y duelos. En cualquier caso no será imprescindible, pues la IA es muy difícil de batir, te aseguro que no te aburrirás por mucho que juegues en solitario.






Todo indica que para algunos de estos juegos se espera una nueva versión a corto plazo.  Por último apuntar que iré actualizando la entrada con nuevos detalles o juegos que vaya descubriendo. 

sábado, 23 de marzo de 2013

Nobles y aristócratas

Desde la prehistoria los grupos humanos han sido liderados por aquellos presumiblemente más capacitados. Para que la supervivencia de la especie se asegure en un medio hostil es necesario que los más fuertes e inteligentes lleven las riendas, de lo contrario el hombre involuciona hasta que un día desaparece. No hay más que ver las muchas especies de animales extintas en el pasado. Sí, el hombre errante fue regido por los avatares de la naturaleza y el destino como los animales. Guste o no en la naturaleza lo que sobrevive es la eficacia. Dichos líderes recibieron el nombre de "nobles" (propiamente: conocido, ilustre) o "aristócratas" (literalmente: el mejor). La nobleza o fama la ganaban a través de acciones heróicas o con servicios prolongados que beneficiaban a la comunidad.





La invención de la agricultura permitió a las comunidades asentarse y evolucionar tecnológicamente para vencer el constante combate de la supervivencia. Con el sedentarismo podían permitirse el lujo de tener jefes mediocres y seguir tirando, algo impensable en una vida nómada. Algunos aristócratas aprovecharon su liderazgo para favorecer a sus familias, nació así la línea sucesoria en el mando. En otros casos los líderes eran elegidos engañando al pueblo (demagogia), con lo que en muchos casos los mejores para la sociedad dejaron de ser los ilustres...





Se creía que la línea sucesora de un noble o aristócrata tendría, gracias a la genética, el don de sus antepasados. Calculado error, pues la realidad demostró que no pocos mandamases eran incluso innobles o gentuza. Muchos líderes infames e ineptos trataron de ampliar ciegamente su poder por medio de guerras y sometimiento. Para ello se valieron de secuaces de su calaña que obedecían sin rechistar a cambio de favores y prebendas. En las plutocracias los nobles fueron mercaderes, en las democracias los senadores mientras que en las sociedades feudales los latifundistas. El gobierno de los aristócratas o meritocracia quedó olvidado definitivamente.




Se analizarán las diferentes clases de nobles en España, y gracias a su origen etimológico podrá comprobarse qué clase de servicio realizaban para alcanzar un título nobiliario. Los buenos aficionados al rol encontrarán interesante esta aproximación histórica así como su posible aplicación a un mundo de fantasía. Empezamos.  



Barón: "Hombre noble", después "título nobiliario" (1605, acepción importada del catalán y el francés); probablemente del germánico baro "hombre libre, apto para la lucha", emparentado con el escandinavo antiguo beriask "pelear". La palabra varón "persona de sexo masculino" (s.XIII), no es más que una generalización semántica del mismo vocablo: con una y otras acepciones se encuentran desde los orígenes así varón como barón, y solo desde el s.XVI tiende a generalizarse la artificial distinción ortográfica de la actualidad, debida al influjo del latín vir "varón" entre los humanistas, voz que nada tiene que ver primitivamente con "varón".

San Isidoro (s.VII) da una clave para el origen  de los barones: Los mercenarios son los que prestan servicio a trueque de una merced. Se les aplica también el nombre griego de "barones", porque son gente esforzada en el trabajo. Precisamente "barys" significa recio, es decir, fuerte. Su contrario es débil, sin fuerzas.





En Francia durante la época feudal los barones fueron al principio los altos personajes del reino: los "altos barones". Posteriormente existieron los "barones ordinarios" o vasallos de los altos barones. Más tarde barón fue un título reservado a los pequeños nobles, y en la jerarquía feudal ocupaba el lugar siguiente al vizconde. En Alemania la evolución fue semejante. Los barones ingleses derivan de los normandos y del then anglosajón y tuvieron gran importancia en el dominio legislativo al formar parte de la Curia regis.





En Navarra y Aragón, los barones o seniores constituían la alta nobleza, formaban parte de la Curia regis y regían los honores o distritos administrativos. En Cataluña, los barones o rics-homes fueron los condes, vizcondes y valvasores. Pero además existieron barones en el sentido jerárquico, a semejanza de los franceses. En León y Castilla, la palabra tuvo un sentido muy alto y sirvió para designar a los magnates. Durante la Edad Moderna, algunos señores jurisdiccionales llevaron el título de barón. La abolición de estos señoríos jurisdisccionales data de las cortes de Cádiz (1812), como la de los barones franceses de la revolución de 1789.



Caballero: Del latín tardío caballarius. Al principio, el caballero romano (equites) era un ciudadano rico perteneciente a una de las 18 centurias ecuestres. A partir del siglo III a.C., se distinguía la clase senatorial de la orden ecuestre, que agrupaba a los grandes propietarios y hombres de negocios excluídos de la nobleza. Estos caballeros fueron accediendo paulatinamente a cargos públicos; su primera función fue la de miembros de los tribunales. Se les concedieron honores especiales: llevaban una toga con banda púrpura, un anillo de oro y tenían lugares reservados en las fiestas públicas. Augusto fundó una nueva orden ecuestre, basada también en la fortuna, en la que él mismo y sus sucesores reclutaron durante tres siglos a los funcionarios en la administración imperial. En el Bajo Imperio, las reformas de Diocleciano y Constantino I tendieron a fundir en un sólo grupo a senadores y équites, con lo que el orden ecuestre tradicional desapareció a finales del siglo IV.




En la corona de Aragón, los cavallers, formaban el estrato inferior de la jerarquía feudal, y eran integrantes de la pequeña nobleza. Esta pequeña nobleza fue adquiriendo un marcado carácter rural, sufriendo una acelerada decadencia económica con los Austrias: los empobrecidos cavallers catalanes capitanearon a menudo partidas de bandoleros y fueron decisivos en la guerra de Separación de 1640. En la corona de Castilla, el término caballero fue empleado en sentidos diversos, ya desde la Baja Edad Media. Inicialmente era sinónimo de noble, ya que éste era un profesional de las armas. Designó también, en menor medida, a la pequeña nobleza y a aquellos que habían sido armados caballeros (se decía así caballero de hábito al perteneciente a órdenes militares y caballero de espuela dorada al hidalgo armado solemnemente).





Pero también señalaba a quien poseía caballo y armas, y perteneciente a la caballería villana, que presentaba una multitud de matices. Finalmente fue usado para designar a quienes poseían medios económicos para mantener un caballo, tanto si lo tenían o no y fueran o no fueran nobles. Jurídicamente era caballero aquel que había sido armado, con lo que no era necesariamente un noble era caballero, ni viceversa (los caballeros pardos eran aquellos que, sin ser nobles, alcanzaron privilegios de hidalgo). Poco a poco la diferencia entre caballero (título obtenido personalmente) e hidalgo (título proveniente de sus antecesores), se hizo más vaga, y el término caballero fue perdiendo su sentido concreto, pasando primero a designar a hombres dotados de determinados rasgos morales, representativos de la clase dominante, y finalmente, a ser mero sinónimo de cortesía de la palabra "hombre".





Conde: Raíz ei- (ir). Procedente del latín comes "compañero". Derivados son comitre "persona encargada de dar órdenes a la tripulación"; comitiva (del latín tardío comitium dignitas: categoría de conde o acompañante del emperador); condestable (latín stabuli: conde encargado del establo real) y vizconde (latín vice: en lugar). En el Bajo Imperio se aplicó a los nobles que vivían en el palacio imperial y acompañaban al soberano en sus expediciones, y acabó por convertirse en el nombre de un escalón determinado de la jerarquía feudal. Abajo corona condal.





Los hombres que rodeaban al emperador, los amici Caesaris o amici Augusti, constituían el consejo del príncipe ejercieran o no funciones políticas o administrativas. Constantino aumentó el número de sus "compañeros"; a partir de entonces fueron los "fieles" del emperador y formaron una categoría especial en el cuerpo de los funcionarios imperiales. Los más importantes tenían su sede en el consistorium, nuevo nombre del Consejo del príncipe. Entre los condes encargados de funciones precisas, hay que citar: el conde de las dádivas sagradas, encargado de los gastos del estado; el conde de los asuntos privados, encargado de administrar los bienes personales del soberano; el conde que mandaba la guardia imperial; el conde de Oriente, dotado de poderes militares en esta diócesis particularmente importante.





En la Edad Media los condes (en el sentido romano del término) desaparecieron en occidente con el imperio. Los reyes bárbaros tomaron este título de los romanos para distinguir con él una institución que les era familiar. Los condes fueron aquí también los miembros inmediatos del séquito del monarca, ligados a él por un juramento de fidelidad. El rey escogía entre ellos sus consejeros y oficiales de palacio. Algunos eran enviados en misión, encargados de administrar en nombre de aquél unas circunscripciones llamadas civitates o pagi. Los que formaban parte de la corte se llamaban condes palatinos y gozaban de considerable influencia. En la corte visigoda, por ejemplo, estos condes palatinos desempeñaban toda una serie de cargos importantes y formaban parte del aula regia. En la monarquía asturleonesa, en cambio, estos oficios palatinos se vieron muy reducidos y los condes ejercieron sobre todo funciones de gobierno en unos distritos administrativos o mandaciones, que recibían el nombre de condados cuando era el funcionario que se hallaba al frente.





En la primera etapa del imperio carolingio, y especialmente en tiempos del propio Carlomagno, los condes fueron simples agentes del soberano, encargados de una misión precisa y temporal, eran controlados por los missi dominici. Con los últimos carolingios, se fueron convirtiendo en una aristocracia de terratenientes y en pocos decenios llegaron a ser poderosos señores que poseían títulos y bienes de carácter hereditario. A partir del XIII, la centralización monárquica se hizo a expensas de los condes, que perdieron los derechos usurpados y tuvieron que someterse.





En España, el reforzamiento del poder real en la Corona de Aragón llevó a una desparición progresiva de los condes como señores que ejercían un dominio sobre una demarcación territorial, para irlos convirtiendo gradualmente en miembros de una jerarquía nobiliaria cada vez más ligada a la corte. Más extremo resultó aún el caso de Castilla, en donde al término de la Edad Media, los títulos nobiliarios eran escasísimos. Las últimas veleidades de independencia de la nobleza desaparecieron de hecho a partir de los Reyes Católicos.





Duque: Raíz deuk- (conducir, llevar). Del latín duco "llevar, conducir". El francés antiguo duc y el latín dux significan "general". En el Bajo Imperio romano se aplicó a dignatarios de las provincias que ocupaban un alto cargo cívico-militar. Abajo corona de duque.





Según San Isidoro: Al duque se le da este nombre porque es quien conduce el ejército. Sin embargo no todos los duques o príncipes pueden recibir también el título de rey: cuando se trata de la guerra es preferible de la denominación de duque a la de rey, porque con el primer nombre se está designando al que conduce en medio de la batalla. Por eso Virgilio habla de Evandro como duque y no como rey; Y Salustio escribe: "Por ello cada uno se esforzaba en mostrarse valeroso en presencia del duque". No dice en presencia del cónsul.





A principos del s.V, el duque ostentaba el mando militar de las tropas romanas de guarnición en una provincia. En la tradición germánica, representaba también un jefe militar elegido. A partir del s.VII, los duques ejercieron además del mando militar, poderes cívicos y jurídicos. Carlomagno procuró disminuir el poder de los duques, pero hacia finales del imperio carolingio, éstos tendieron a arrogarse la soberanía hereditaria de los países cuya administración les había sido confiada. En la Edad Media, con el establecimiento de la autoridad real, el título ducal era otorgado por el rey. En España el dux o duque visigodo sustituyó desde fines del s.VI al gobernador que estaba al frente de las provincias romanas, acumulando los poderes militares, judiciales, etc. Pero las peculiares circunstancias de la invasión musulmana y de la Reconquista hicieron desaparecer los ducados de la Península en la Edad Media, y el título fue concedido muy raramente hasta el s.XV, reservándose en general para los miembros de la familia real.





Gentilhombre: Raíz gen- (dar a luz, parir). Gentil "perteneciente a la misma familia". El gentilhombre, de familia libre, era en tiempos de los francos un soldado de un cuerpo selecto, que, a diferencia del autóctono, nunca fue campesino o siervo, y que, posteriormente, pasó a ser miembro de la familia feudal. Si era noble poseía el feudo y podía ser armado caballero; cuando pasaba a ser súbdito del trono, se encargaba de la guardia de los soberanos y del servicio de la gente de armas. Con el tiempo, el rango de gentilhombre perdió categoría.




Posteriormente, en Europa, y también en España, existieron diferentes tipos de gentileshombres: gentilhombre de boca, o de lo interior, criado de la casa del rey, en clase de caballeros, que seguía en grado al mayordomo de semana: su destino propio era servir a la mesa del rey; gentilhombre de cámara, persona de distinción que acompañaba al rey en ella y cuando salía; gentilhombre de la casa, el que acompañaba al rey después de los gentiles hombres de boca; gentilhombre de manga, criado cuyo empleo honorífico se estableció en la casa real para servir al príncipe y a cada uno de los infantes mientras estaban en la menor edad.






Hidalgo: Del latín filius "hijo". "Hidalgo" (fijo d'algo) tiene el sentido primitivo de "hombre de dinero", por oposición al villano.



En la Edad Media se llamaban hidalgos a los infanzones o nobles de linaje, y desde el s.XII identificó generalmente a la nobleza secundaria. Su condición nobiliaria les eximía de cargas y tributos, pero la carencia de fortuna les impedía compararse con los grados superiores de la aristocracia: los caballeros y la nobleza titulada. Eran solariegos, cuando procedían de un linaje y solar conocido; de privilegio, cuando habían adquirido la nobleza en recompensa de algún servicio hecho a la corona; notorios, los que eran tenidos por tales pero no habían podido probar su condición (de gotera, cuando éstos últimos solo eran considerados como nobles en el lugar donde residían, pero no fuera de él); de ejecutoria si habían litigado y la habían probado; un caso particular eran los llamados hidalgos de bragueta, o sea quienes habían recibido las exenciones y privilegios de nobleza por tener doce o más hijos varones.





La nobleza de sangre no consideraba como de los suyos más que a los solariegos, y procuró excluir a los de privilegio de los honores y cargos reservados a la aristocracia, como la entrada en las órdenes de Calatrava y de Santiago. En España el número de hidalgos era muy elevado, aunque irregularmente distribuido: fueron muy abundantes en la región cantábrica (los habitantes de Guipúzcoa, Vizcaya la Montaña santanderina pretendían serlo en su totalidad) e iban disminuyendo hacia el sur.  





Infante: Raíz bha-2 (hablar). Propiamente "que no habla"; del italiano tomó la acepción "joven noble" "soldado de infantería". Los hijos no primogénitos de los reyes de la Península Ibérica, esto es, los hijos de los reyes de Castilla, Aragón, Navarra, Portugal y España. En Castilla y León, así como en Aragón, durante la Edad Media los herederos al trono llevaban el título de infante hasta que en 1388 Juan I de Castilla con motivo de la boda de su hijo Enrique con Catalina de Lancaster, concedió al heredero el título de Príncipe de Asturias, igualmente en el reino catalanoaragonés, Pedro el Ceremonioso, en 1351, instituyó el título de duque de Gerona para su primogénito Juan. De todos modos, el título de infante continuó usándose para designar a los hijos de los reyes. Asimismo también se daba el tratamiento de infante a algunos parientes del rey que lo obtenían por privilegio.






Infanzón: Del latín vulgar infantio, onis- . Aumentativo de infans "joven noble", con el valor de "joven noble ya crecido". Noble superior a un hidalgo e inferior a un ricohombre. Los infanzones eran nobles de linaje o de abolengo, hasta que en el s.X se concedió el título en Castilla, a los poseedores de un caballo que luchaban como milites. En Aragón existían los infanzones hermunios o hermunes (de abolengo), los de carta y los de población (respectivamente, por concesión individual y colectiva del rey), y en Navarra los de obanos (de abolengo) y los de abarca (labradores libres). De uno u otro modo, los infanzones estaban ligados al rey o a otro señor por vínculos de carácter feudo-vasallático.





Marqués: Ráiz merg- (frontera, linde). Del germánico mark- (marca, frontera, borde); Marqués (francés antiguo marquis; occitano antiguo marqués; latín medio marchisus) "jefe de un territorio fronterizo". Derivado es Comarca "territorio colindante". En la Alta Edad Media, era el jefe supremo de las tropas de una marca fronteriza (por ejemplo la Marca Hispánica). En los reinos hispánicos, la concesión del título de marqués fue poco frecuente durante el medievo, mientras que aumentó a partir del s.XVI y se aceleró en el XVII en que los reyes concedían indiscriminadamente los títulos de marqués o conde, considerados entonces de igual categoría en contrapartida de servicios o donativos.






Príncipe: Raíz per-1 (primero). Compuesto del latín primus "el que está adelante" "el primero" y caput "cabeza". De origen romano (princeps), el título de príncipe se utilizó en la Edad Media para designar al soberano de un pequeño estado, especialmente en Italia y Alemania. En España fue utilizado frecuentemente por los reyes hispanogodos y asturleoneses como representantes de la máxima jerarquía feudal y de la autoridad política del estado; del mismo modo, en Cataluña el conde de Barcelona tomó el título de príncipe por su hegemonía sobre los demás señores feudales. En 1388, Juan I de Castilla, con motivo de la boda de su primogénito y heredero Enrique, concedió a éste el título de príncipe de Asturias, título que a partir de los Reyes Católicos quedó como una dignidad honorífica inherente a la persona del heredero al trono.






Ricohombre: Raíz reg-1 (mover en línea recta, conducir). Del gótico reiks "poderoso, fuerte". En los reinos hispanocristianos, durante la Baja Edad Media, nombre que se daba a los nobles de mayor categoría y poder económico-social. Gozaban de numerosos privilegios (jurisdicción en sus dominios, exenciones tributarias, reclutación de las huestes señoriales); prestaban ciertos servicios al rey por el vínculo de vasallaje, y a su vez poseían sus propios vasallos nobles (infanzones y caballeros). Debido a los servicios prestados, fueron recompensados con grandes dominios territoriales, como señoríos propios, en los que ejercían plenos poderes políticos; por otra parte, administraban los territorios que el rey les cedía como feudos. Constituyeron una clase con gran poder militar y social, y a principios de la Edad Moderna pasaron a ser los grandes de España.






Señor: Raíz sen- (viejo).. Comparativamente, senior, cuyo plural seniores se empleó en el Bajo Imperio para designar a los viejos más respetables, sea los miembros del senado romano, sea los dirigentes de las comunidades hebreas y cristianas; a principios de la Edad Media llegó a ser sinónimo de déspota o dueño (dominus). En los reinos hispanocristianos, el señor con atribuciones jurídico-públicas apareció con la formación de los primeros señoríos, al iniciarse la Reconquista. Con el desarrolo del régimen feudal aumentaron los privilegios del señor, quien disfrutaba de su feudo, cedido por el rey u otro magnate, y tenía derecho sobre los vasallos, que le debían fidelidad. Las funciones de los señores era muy diversas: administrar justicia según la competencia cedida por el rey u otro señor; percibir los tributos en su propio provecho; nombrar oficiales de la autoridad señorial; mantener el orden; otorgar fueros a las ciudades y, de acuerdo con ellas, nombrar alcaldes y jueces, y exigir las prestaciones militares en expediciones guerreras por su cuenta en ayuda del rey.